Al final de su vida, Horacio Quiroga, desencantado por el desdén de los jóvenes vanguardistas porteños, se retira de la vida pública y se muda con su familia a San Ignacio, provincia de Misiones. Desde allí, escribe una serie de artículos («Croquis del monte») con amplias incursiones en el terreno de la ficción. Verdaderos «textos fronterizos» por partida doble: por tener como escenario la frontera argentino-paraguaya, y por estar también en el límite entre divulgación y ficción, entre el documental y el relato.El último de los nueve textos escogidos, «La tragedia de los ananás», tiene un valor biográfico especial, pues apareció en La Prensa el primer día del año 1937, mes y medio antes de su partida definitiva.
Horacio Quiroga
(Uruguay, 31 de diciembre de 1878 – Buenos Aires, Argentina, 19 de febrero de 1937) fue un cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo. Fue el maestro del cuento latinoamericano, de prosa vívida, naturalista y modernista. Sus relatos a menudo retratan a la naturaleza bajo rasgos temibles y horrorosos, como enemiga del ser humano. Fue comparado con el estadounidense Edgar Allan Poe.
La vida de Quiroga, marcada por la tragedia, los accidentes y los suicidios, culminó por decisión propia, cuando bebió un vaso de cianuro en el Hospital de Clínicasde la ciudad de Buenos Aires a los 58 años de edad, se suicidó.